miércoles, 30 de mayo de 2012

Los patos hacen ruido, las águilas vuelan


Para que tengas en cuenta... Todas las formas de vivir tu vida, de accionar, de ser tú mismo, será TU decisión. Y sino, fijate en Jorge... Sé un Águila, no un pato.

Jorge estaba haciendo fila para poder ir al aeropuerto. Cuando un taxista se acercó, lo primero que notó fue que el taxi estaba limpio y brillante.

 El chofer bien vestido con una camisa blanca, corbata negra y pantalones negros muy bien planchados, el taxista salió del auto dio la vuelta y le abrió la puerta trasera del taxi.   Le alcanzo un cartón plastificado y le dijo: yo soy Willy, su chofer. Mientras pongo su maleta en el portaequipaje me gustaría que lea mi Misión.  Después de sentarse, Jorge leyó la tarjeta: Misión de Willy: “Hacer llegar a mis clientes a su destino final de la manera más rápida, segura y económica posible brindándole un ambiente amigable”.

 Jorge quedo impactado. Especialmente cuando se dio cuenta que el interior del taxi estaba igual que el exterior, ¡¡limpio sin una mancha!!   Mientras se acomodaba detrás del volante Willy le dijo, “Le gustaría un café? Tengo unos termos con café regular y descafeinado”. Jorge bromeando le dijo: “No, preferiría un refresco”.

Willy sonrío y dijo: “No hay problema tengo una hielera con refresco de Cola regular y dietética, agua y jugo de naranja”. Sorprendido Jorge le dijo: “Tomare el jugo de naranja” Pasándole su bebida, Willy le dijo, “Si desea usted algo para leer, tengo la revista Semana, Dinero, Portafolio y Selecciones…” Al comenzar el viaje, Willy le paso a Jorge otro cartón plastificado, “Estas son las estaciones de radio que tengo y la lista de canciones que tocan, si quiere escucharla”   

Y como si esto no fuera demasiado, Willy le dijo que tenía el aire acondicionado prendido y preguntó si la temperatura estaba bien para él. Luego le avisó cual sería la mejor ruta a su destino a esta hora del día. También le hizo conocer que estaría contento de conversar con él o, si prefería lo dejaría solo en sus meditaciones. ...     

“Dime Willy, -le pregunto asombrado Jorge, siempre has atendido a tus clientes así?”  
Willy sonrió a través del espejo retrovisor. “No, no siempre. De hecho solamente los dos últimos años. Mis primero cinco años manejando los gaste la mayor parte del tiempo quejándome igual que el resto de los taxistas. Un día escuche en la radio acerca del Dr. Dyer un “Gurú” del desarrollo personal.  El acababa de escribir un libro llamado “Tú lo obtendrás cuando creas en ello”. Dyer decía que si tú te levantas en la mañana esperando tener un mal día, seguro que lo tendrás, muy rara vez no se te cumplirá. El decía: Deja de quejarte. Se diferente de tu competencia. No seas un pato. Se un águila. Los patos solo hacen ruido y se quejan, las águilas se elevan por encima del grupo”

“Esto me llego aquí, en medio de los ojos”, dijo Willy. “Dyer estaba realmente hablando de mi. Yo estaba todo el tiempo haciendo ruido y quejándome, entonces decidí cambiar mi actitud y ser un águila. Mire alrededor a los otros taxis y sus chóferes… los taxis estaban sucios, los chóferes no eran amigables y los clientes no estaban contentos. Entonces decidí hacer algunos cambios. Uno a la vez. Cuando mis clientes respondieron bien, hice más cambios”.  
“Se nota que los cambios te han pagado”, le dijo Jorge.   

“Si, seguro que sí”, le dijo Willy. “Mi primer año de águila duplique mis ingresos con respecto al año anterior. Este año posiblemente lo cuadruplique. Usted tuvo suerte de tomar mi taxi hoy. Usualmente ya no estoy en la parada de taxis. Mis clientes hacen reservación a través de mi celular o dejan mensajes en mi contestador. Si yo no puedo servirlos consigo un amigo taxista águila confiable para que haga el servicio”. 

Willy era fenomenal. Estaba haciendo el servicio de una limusina en un taxi normal.  
Posiblemente haya contado esta historia a mas de cincuenta taxistas, y solamente dos tomaron la idea y la desarrollaron. Cuando voy a sus ciudades, los llamo a ellos. El resto de los taxistas hacen bulla como los patos y me cuentan todas las razones por las que no pueden hacer nada de lo que les sugería.   

Willy el taxista, tomo una diferente alternativa:   
El decidió dejar de hacer ruido y quejarse como los patos y volar por encima del grupo como las águilas.   


No importa si trabajas en una oficina, en mantenimiento, eres maestro, Un servidor público, político, ejecutivo, empleado o profesionista, ¿Cómo te comportas? ¿Te dedicas a hacer ruido y a quejarte? ¿Te estás elevando por encima de los otros? 

Recuerda:

ES TU DECISIÓN”

martes, 29 de mayo de 2012

Vivir dentro de un coco

Un Cuento Para Pensar

Toda mi vida viví dentro de un coco...

Era un lugar oscuro y estrecho, especialmente de mañana, cuando quería afeitarme.
Pero lo que más me mortificaba es que no había forma de tomar contacto con el mundo exterior.  

Si nadie encontraba el coco por casualidad y lo golpeaba para abrirlo, estaba condenado a pasarme la vida encerrado adentro.  Y quizás morir allí también.

Morí en ese coco.  Dos años más tarde alguien se topó  con el coco y lo abrió y me encontró allí, encogido, seco como una pasa.  ¡Qué pena, dijeron.  “Si lo hubiéramos encontrado antes, tal vez habríamos podido salvarlo.  A lo mejor hay otros encerrados como él.”
Salieron y rompieron todos los cocos que encontraron.  Pero fue en vano.  Sólo un loco como yo puede vivir dentro de un coco.  Lástima que no pudiera contarles de mi primo, que vive en una bellota.



Definitivamente,  este sería el mayor de los pecados: 
No arriesgarse a salir del cascarón.

lunes, 28 de mayo de 2012

La tormenta perfecta


Cuanto más violenta, más rápido pasa. A veces buscar cobijo resulta una trampa y, al final, la piel es impermeable a la lluvia. Cuando la sabiduría del cielo moja la tierra hay mucho que ver.

Sé que se avecina una tormenta porque puedo mirar a lo lejos y ver lo que sucede en el horizonte. Por supuesto, la luz ayuda: es el final del atardecer, que hace más nítido el contorno de las nubes. Veo también el destello de los relámpagos.

Ni un solo ruido. El viento no está soplando ni más fuerte ni más débil que antes. Me detengo. No hay nada más emocionante o terrorífico que mirar una tormenta que se aproxima. El primer pensamiento que se me ocurre es ir a buscar cobijo, pero eso puede ser peligroso. El cobijo puede ser una especie de trampa, pues de aquí a poco tiempo el viento empezará a soplar y tal vez tenga fuerza suficiente como para arrancar los tejados, derribar árboles, destruir cables de alta tensión.

Recuerdo un viejo amigo que de niño vivió en Normandia y pudo presenciar el desembarco de las tropas aliadas en la Francia ocupada por los nazis. No he olvidado sus palabras: “Me levanté y el horizonte estaba lleno de barcos de guerra. En la playa, al lado de mi casa, los soldados alemanes contemplaban la misma escena que yo. Pero lo que más me aterrorizaba era el silencio. Un silencio total, que precede a un combate a vida o muerte”.
Ese mismo silencio es el que me rodea ahora. Y poco a poco es sustituido por el murmullo, muy suave, de la brisa en los campos de maíz a mi alrededor. La presión atmosférica está cambiando. La tormenta está cada vez más cerca y el silencio comienza a ser sustituido por el todavía suave rumor de las hojas.
He presenciado muchas tormentas en mi vida. La mayor parte me tomó por sorpresa, por lo que tuve que aprender, y muy rápidamente, a mirar más lejos, a entender que no soy capaz de controlar el tiempo, a practicar el arte de la paciencia y a respetar la furia de la naturaleza. Las cosas no siempre suceden como uno quiere, y más vale hacerse la idea.

Hace muchos años, compuse una canción que decía “perdí miedo a la lluvia/ pues la lluvia, al volver a la tierra, trae cosas del aire”. Es mejor dominar el miedo. Ser digno de aquello que escribí y entender que, por muy malo que sea el vendaval, en algún momento pasará.
El viento ha aumentado de velocidad. Estoy en un campo abierto, hay árboles en el horizonte que, por lo menos en teoría, atraerán los rayos. Mi piel es impermeable por muy empapada que tenga la ropa. Por lo tanto, más vale disfrutar de esta vista. A mi abuelo, ingeniero, le gustaba enseñarme las leyes de la física mientras nos divertíamos: “Después de ver el rayo, cuenta los segundos y multiplícalos por 340metros, que es la velocidad del sonido. Así sabrás siempre a qué distancia suenan los truenos”. Un poco complicado, pero me acostumbré a hacerlo desde niño: en este momento, la tormenta se encuentra a dos kilómetros de distancia.

Aún hay suficiente claridad para que pueda ver el contorno de las nubes que los pilotos llaman CB, cumulonimbos, con su forma de yunque, como si un herrero estuviese martillando los cielos.
Veo la tormenta que se aproxima. Como cualquier otra tormenta trae consigo destrucción, pero al mismo tiempo moja los campos, y la sabiduría del cielo desciende junto con su lluvia.

Como cualquier otra tormenta, pasará. Cuanto más violenta sea, más rápido lo hará. Gracias a Dios, aprendí a enfrentarme a las tormentas.












Paulo Coelho

Un remedio infalible


El amor resulta más fácil de vivir y sentir que de definir. Y aunque a veces olvidemos que también cura, hay que tenerlo en mente en todo momento. Porque su poder transformador cura hasta en ínfimas pociones.

Siempre es bueno recordar que hay momentos en los que nos gustaría mucho ayudar a los que queremos pero no podemos hacer nada. O las circunstancias no permiten que nos aproximemos, o la persona en concreto está cerrada a cualquier tipo de solidaridad y apoyo. Entonces, nos resta apenas el amor. En los momentos en los que todo es inútil, aún podemos amar, sin esperar recompensas, cambios o agradecimientos.
Si conseguimos actuar de esta manera, la energía del amor comienza a transformar el universo a nuestro alrededor. Cuando esta energía aparece, siempre consigue realizar su trabajo. “El tiempo no transforma al hombre. El poder del deseo no transforma al hombre. El amor lo transforma”, dice Henry Drummond.

Leí en el periódico una noticia sobre una niña de Brasilia que recibió una brutal paliza por parte de sus padres. Perdió el movimiento de todo el cuerpo y ni siquiera hablaba.
Internada en el Hospital de base, la cuidaba una enfermera que a diario le decía “Te quiero mucho”. Aunque los médicos le aseguraban que la niña no podía escucharla, al enfermera le seguía repitiendo: “Yo te quiero mucho ¿sabes? No te olvides”.
Tres semanas después, la niña había recuperado el movimiento. Cuatro semanas más tarde, volvía a hablar y a sonreís. La enfermera nunca dio entrevistas, pero su gesto queda registrado aquí para que no lo olvidemos nunca: el amor cura.

Pero, a veces, el amor tiende trampas mortales y termina destruyendo a la persona que decidió entregarse por completo. ¿Qué sentimiento tan complejo es este que – en el fondo – es la única razón para que sigamos vivos?

Sería irresponsable intentar definirlo, porque, como el resto de los seres humanos, yo sólo consigo sentirlo. Pero yo aprendí que este sentimiento está presente en las pequeñas cosas, y se manifiesta en las más insignificantes de las actitudes que adoptamos, de manera que es preciso tener el amor siempre en mente, cuando actuamos o cuando dejamos de actuar.
Ir al teléfono y decir la palabra de cariño que estábamos dejando para más tarde. Abrir la puerta y dejar entrar en casa a quien necesita nuestra ayuda. Pedir perdón por un error cometido y que no nos deja en paz. Exigir un derecho que tenemos. Poner la música bien alta cuando la persona amada esté lejos, y bajarla cuando esté cerca. Saber decir “sí” y “no”, porque el amor afecta a todas las energías del hombre. No cumplir a rajatabla ninguna receta, ni siquiera la propuesta en este párrafo, porque el amor requiere creatividad.

Y cuando nada de eso sea posible, cuando lo que queda sea apenas soledad, se puede recordar la historia que un lector me envió en cierta ocasión: Una rosa soñaba día y noche con la compañía de las abejas, pero ninguna venía a posarse en sus pétalos. La flor, sin embargo, continuaba soñando: durante sus largas noches, imaginaba un cielo en el que volaban muchas abejas, que venían cariñosamente a besarla. De esta manera, conseguía aguantar hasta el día siguiente, cuando volvía a abrirse con la luz del sol.
Cierta noche, sabiendo de la soledad de la rosa, la luna le preguntó:
-          - ¿No te cansas de esperar?
-          - Tal vez, pero preciso seguir la lucha.
-          - ¿Por qué?
-          Porque si no me abro, me marchito.

En los momentos en los que la soledad parece aplastar toda belleza, la única manera de resistir es permanecer abiertos.




Por Paulo Coelho.


miércoles, 23 de mayo de 2012

Sólo el amor es real

Puede que esta vez, el cuento no sea presentado como tal...
Más que un cuento, hoy nos proponemos regalar una caricia para el alma. Una caricia que viene del amor.
Una caricia con amor.
Esperamos que pueda ser disfrutada tal como la disfrutamos nosotros.
Esta narración inspira calidez, compañía, verdadero sentido de este sentimiento que tan importante es para nuestras vidas.
Amor de pareja, amor de padre y madre, de hijo. Amor de hermano, amor de amigo. Nada más, ni nada menos que AMOR...


El amor es la energía más básica y dominante que existe. Es la esencia de nuestro ser y nuestro universo. Es el componente fundamental de la naturaleza que conecta y une todas las cosas, a todas las personas.


El amor disuelve el miedo. Cuando se siente amor no puede temerse nada. Como todo es energía, y el amor abarca todas las energías, todo es amor.

No tengamos miedo. Somos inmortales, espíritus eternos, y somos siempre amados. De hecho, somos amor. No morimos; cuando muere nuestro cuerpo físico, una parte de nosotros sigue existiendo.
Espíritu, alma, conciencia. Es como atravesar un umbral para entrar en otra habitación mayor, más luminosa.

Siempre nos rodea el amor. Nuestros seres queridos no nos abandonan nunca. Todos somos almas hermosas e inmortales. Estamos en un cuerpo durante un tiempo, pero nuestra esencia no es ese cuerpo.

Dentro de nuestras formas humanas, hay un ser espiritual. Nuestra parte espiritual nunca muere. Jamás perdemos a nuestros seres queridos. En realidad, todos los seres humanos estamos conectados para siempre,

La energía del amor es, en potencia, más fuerte que cualquier bomba y más sutil que cualquier hierba. Lo que sucede es que aún no hemos podido aprovechar esa energía tan básica y pura. Cuando lo consigamos, podrá darse una curación en todos los niveles, individual y planetaria.


Nuestras almas siempre se sienten atraídas hacia el amor. Cuando comprendamos de verdad el concepto de que el amor es energía que lo abarca todo y que su impulso curativo puede transformar con rapidez nuestros cuerpos, mentes y almas, superaremos nuestros males y nuestros dolores.

Olvídate del pasado. Ya no volverá. Aprende de él y déjalo en paz. La gente madura y cambia constantemente. No te aferres a una imagen limitada, desconectada y negativa de una persona en el pasado. Mírala como es ahora. Tu relación con los demás está siempre viva, siempre en continuo cambio.

Ser feliz y divertirse no es malo ni es un pecado, ni algo poco espiritual. Al contrario no avanzarás hasta que aprendas a estar alegre.

Los seres humanos tenemos muchas dimensiones, pero el tiempo no es como lo vemos, sino que se compone de lecciones que se van aprendiendo.



Braian Weiss

jueves, 17 de mayo de 2012

APRENDER A VALORAR


Aquí va nuestra segunda entrega. Debemos valorar lo que se nos es dado, no desperdiciar y SÍ disfrutar de cada oportunidad que la vida nos da.

Que valga la pena

El joven contemplaba el océano en la cubierta de un navío carguero cuando una ola inesperada lo tiro al mar. Después de mucho esfuerzo, un marinero consiguió rescatarlo y aun en esos conmovedores momentos tuvo la suficiente presencia de ánimo como para darle una lección de sabiduría al joven durante toda su vida.



-Le estoy muy agradecido por haberme salvado la vida - dijo el joven.

-De nada – respondió el marinero -. Pero procure vivirla como algo que valió la pena salvar.



Paulo Coelho




lunes, 14 de mayo de 2012

EL PORTERO DEL HOTEL

 Aquí va nuestro primer relato. Es una historia para reflexionar lo positivo que hay en  todo cambio...



 No habia en el pueblo peor oficio que el de portero del hotel. Pero que otra cosa podría hacer aquel hombre? De hecho, nunca habia aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio. Un dia se hizo cargo del hotel un joven con inquietudes, creativo y emprendedor.
El joven decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y después cito al personal para darle nuevas instrucciones.Al portero, le dijo: "A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a preparar un reporte semanal donde registrará la cantidad de personas que entren por día y anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio..."
 El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero..
 -"Me encantaría satisfacerlo, señor - balbuceo - pero yo...yo no se leer ni
escribir..."
 -"¡Ah! ?Cuanto lo siento!"
 - "Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabaje en esto toda mi
vida..."
 No lo dejo terminar:
 - "Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le vamos a dar
una indemnización para que tenga hasta que encuentre otra cosa. Así que, lo
siento. Que tenga suerte..."
 Y sin mas, se dio vuelta y se fue. El hombre sintió que el mundo se
derrumbaba.
 Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación.
 ¿Qué hacer? Recordó que en el hotel cuando se rompía una silla o se
arruinaba una mesa, él, con un martillo y clavos lograba hacer un arreglo
sencillo y provisorio. Pensó que esta podría ser un ocupación transitoria
hasta  conseguir un empleo. El problema es que solo contaba con unos clavos
oxidados y unas  pinzas muy viejas, entonces decidió usar parte del dinero
para comprar  una caja de herramientas. Como en el pueblo no había una
ferretería, debía  viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a
realizar la compra. ¿Qué más da? Pensó, y emprendió la marcha. A su regreso,
trama una  hermosa y completa caja de herramientas. De inmediato su vecino
llamó a la  puerta de su casa:
 - "Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme..."
 - "Mire, si, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar...como me
quedé sin empleo..."
 - "Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano."
 El portero accedió y le prestó el martillo. A la mañana siguiente,
 como había prometido, el vecino tocó la puerta:
 - "Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?"
 - ''No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería esta a
 dos  días en mula."
 - "Hagamos un trato - dijo el vecino - Yo le pagare los dos días de ida  y
los dos de vuelta, más el precio del martillo,total usted esta sin trabajar.
 ¿Qué le parece?"
  Realmente, esto le daba trabajo por cuatro dias...Aceptó.
  Volvió a montar su mula. Al regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta
de su casa:
 - "Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?"
 - "Si, así es..."
 - "Mire, yo necesito unas herramientas, y estoy dispuesto a pagarle  sus
cuatros días de viaje, más una pequeña ganancia. Yo no dispongo de  tiempo
para el viaje."
 El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza,
un destornillador, un martillo y un cincel. Le pago y se fue.
 El ex-portero pensó entonces que mucha gente podría necesitar que el
viajara a traer herramientas de las que había vendido. De paso, podría
ahorrar algún tiempo de viajes. La voz empezó a correrse por el barrio y
muchos quisieron evitarse el viaje. Una vez por semana, el ahora corredor de
herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes.
Alquiló un carretón para almacenar las herramientas y algunas semanas
después alquiló un cuarto que se convirtió en la primera ferretería del
pueblo.
 Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, los
fabricantes le enviaban sus pedidos. El era un buen cliente. Con el
tiempo,las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar
dos días de marcha.
 Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para el  las
cabezas de los martillos. Y luego, ¿por qué no? Las tenazas...y las
pinzas...y los cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos.
 Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel  hombre
se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de
herramientas.
 Un dia decidió donar a su pueblo una escuela. Ahí se enseñaría, además de
leer y escribir, las artes y oficios mas prácticos de la época. En el  acto
de inauguración de la escuela, el alcalde le entrego las llaves de la
ciudad, lo abrazó y le dijo:
 -"Es un gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de
poner su firma en la primera hoja del libro de actas de la nueva  escuela"
"El honor sería para mi - dijo el hombre - Creo que nada me gustaría  mas
que firmar allí, pero yo no se leer ni escribir. Yo soy analfabeto."
 "¿Usted? - dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo ¿Usted construyó un
imperio industrial sin saber leer ni escribir? Estoy asombrado. Me pregunto,
 ¿qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir?"
 - "Yo se lo puedo contestar - respondió el hombre con calma. Si yo hubiera
sabido leer y escribir...sería portero del hotel!"


 MORALEJA
 Generalmente los cambios son vistos como adversidades. Pero las adversidades encierran bendiciones.
 Las crisis están llenas de oportunidades. Cambiar siempre  será la opción más segura...


Para todos aquellos que se asustan y sufren por los cambios, vean que siempre traerán cosas mejores. Sólo hace falta arriesgarnos un poco y seguir adelante. 
Por eso, más vale arrepentirnos de algo que hagamos que de algo que nunca hicimos.

¿Por qué decimos que los Cuentos Dejan Huellas?

Desde niños, nuestros padres, abuelos, hermanos mayores, tíos, maestros, nos han llenado de relatos a los que denominamos "cuentos".
Relataban, de forma llamativa y bien clara, alguna aventura o desventura de algún personaje particular y eso despertaba nuestra atención con gran profundidad.

Al ir creciendo, ciertos cuentos fueron repitiéndose y algunos otros nuevos fueron llegándonos. Tal vez, ya comenzaran a ser presentados con palabras más difíciles que los infantiles; tal vez, un poco más complicados de entender o de imaginar también. Sin embargo, a lo largo de nuestras vidas, recorremos nuestros caminos y recordamos ciertos pasajes de estos cuentos, como así también algún que otro personaje.


Un cuento no es más ni menos que una metáfora de la vida real. Ilustra y plasma en forma de texto o relato, situaciones de la vida y elementos propios de la personalidad y de los sentimientos.

La clave del cuento pasa indiscutiblemente por su llegada a nuestras mentes, que no suelen ofrecer barrera alguna a lo que se está leyendo y/o escuchando. Es decir, que el cuento siempre apunta a nuestro subconciente y por ello traspasa directamente y nos deja una marca, una huella.

Luego, inconcientemente iremos por nuestras vidas viviendo con una nueva enseñanza en nuestro interior: aquella que nuestros cuentos favoritos nos han dejado impresas en nuestro interior.


De esta manera, desde la Fundación Voy Cada Vez Mejor procuramos proveer a nuestros seguidores y lectores de cuentos, relatos, historias, que deseamos dejen huellas en su interior para que continúen disfrutando de su vida y ayudándolos a estar Cada Vez Mejor.


Que tengas buen día!



Fundación Voy Cada Vez Mejor
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