sábado, 26 de julio de 2014

UNA LEYENDA DEL POLO NORTE

Cuenta una leyenda esquimal que, en los albores del mundo no había diferencia entre hombres y animales: todas las criaturas de la Tierra vivían en armonía, y cada una de ellas podían transformarse en otra, con el fin de llegar a entenderla mejor: Los hombres se convertían en peces, los peces se convertían en hombres, y todos hablaban las mismas lenguas.
“En aquella época”, continua la leyenda, “las palabras eran mágicas, y el mundo espiritual repartía generosamente sus bendiciones. Una frase dicha al tuntún podría tener extrañas consecuencias; bastaba pronunciar un deseo para que éste se cumpliera”.
Fue entonces en donde todas las criaturas comenzaron a abusar de ese poder.
Se instalo la confusión, y la sabiduría se perdió.

“Pero la palabra sigue siendo mágica, y la sabiduría todavía concede  el don de hacer milagros a todos los que la respetan”, concluye la leyenda.

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